martes, 15 de junio de 2010

Anibal y Viriato

Anibal

Viriato
















Mausoleo de Lucio Emilio Lupo.












Puente de Almada.











Dehesa de baños.













Mito de Ícaro



En la mitología griega, Dédalo (en griego Δαίδαλος Daidalos) era un arquitecto y artesano muy hábil, famoso por haber construido el laberinto de Creta. Es el paradigma del técnico o ingeniero sin escrúpulos que no atiende a fidelidades. Dédalo tuvo dos hijos: Ícaro y Yápige.

Dédalo construyó una amplia pista de baile para Ariadna (La Ilíada xviii.591), a quien Homero seguía llamando por su nombre cretense, «Señora del Laberinto» (La Ilíada xviii.96), laberinto que también había construido Dédalo, en el que estaba encerrado el Minotauro y del que escapó Teseo gracias al consejo de usar un hilo que le dio Ariadna.

El laberinto era un edificio con incontables pasillos y calles sinuosas abriéndose unos a otras, que parecía no

tener principio ni final. Dédalo lo construyó para el rey Minos, pero tras ello perdió el favor del rey y fue encerrado con su hijo Ícaro en una torre. El rey Minos quería el laberinto para encerrar en él al Minotauro, el hijo de su esposa Pasífae. Poseidón había maldecido a Pasífae con la zoofilia, y Dédalo le construyó una vaca de madera hueca para que pudiese aparearse con un toro.

Dédalo consiguió escapar de su prisión, pero no podía abandonar la isla por mar, ya que el rey mantenía una estrecha vigilancia sobre todos los veleros, y no permitía que ninguno navegase sin ser cuidadosamente registrado. Dado que Minos controlaba la tierra y el mar, Dédalo se puso a trabajar para fabricar alas para él y su joven hijo Ícaro. Enlazó plumas entre sí empezando por las más pequeñas y añadiendo otras cada vez más largas, para formar así una superficie mayor. Aseguró las más grandes con hilo y las más pequeñas con cera, y le dio al conjunto la suave curvatura de las alas de un pájaro.

Cuando al fin terminó el trabajo, Dédalo batió sus alas y se halló subiendo y suspendido en el aire. Equipó entonces a su hijo de la misma manera, y le enseñó cómo volar. Cuando ambos estuvieron preparados para volar, Dédalo advirtió a Ícaro que no volase demasiado alto porque el calor del sol derretiría la cera, ni demasiado bajo porque la espuma del mar mojaría las alas y no podría volar. Entonces padre e hijo echaron a volar.

Pasaron Samos, Delos y Lebintos, y entonces el muchacho empezó a ascender como si quisiese llegar al paraíso. El ardiente sol ablandó la cera que mantenía unidas las plumas y éstas se despegaron. Ícaro agitó sus brazos, pero no quedaban suficientes plumas para sostenerlo en el aire y cayó al mar. Su padre lloró y lamentando amargamente sus artes, llamó a la tierra cercana al lugar del mar en el que Ícaro había caído Icaria en su memoria. Dédalo llegó sano y salvo a Sicilia bajo el cuidado del rey Cócalo, donde construyó un templo a Apolo en el que colgó sus alas como ofrenda al dios.

Mientras tanto, Minos buscaba a Dédalo de ciudad en ciudad, proponiendo un acertijo: ofrecía una caracola espiral y pedía que fuese enhebrada completamente. Cuando llegó a Camico, el rey Cócalo, sabiendo que Dédalo sería capaz de resolver el acertijo, buscó al anciano. Éste ató un hilo a una hormiga que recorrió todo el interior de la concha, enhebrándola completamente. Minos supo entonces que Dédalo estaba en la corte del rey Cócalo y exigió que le fuese entregado. Cócalo logró convencerlo para que tomase primero un baño, y sus hijas le mataron entonces quemándolo con agua hirviendo.

Dédalo estaba tan orgulloso de sus logros que no podía soportar la idea de tener un rival. Su hermana había dejado a su hijo Perdix a su cargo para que aprendiese las artes mecánicas. El muchacho era un alumno capaz y dio sorprendentes muestras de ingenio. Caminando por la playa encontró una espina de pescado. Imitándola, tomó un pedazo de hierro y lo cortó en el borde, inventando así la sierra. Unió dos trozos de hierro por un extremo con un remache y afiló los extremos opuestos, haciendo así un compás. Dédalo tenía tanta envidia de los logros de su sobrino que cuando un día estaban juntos en lo alto del templo de Atenea en la Acrópolis, aprovechó la oportunidad y lo empujó. Pero la diosa, que favorece al ingenio, le vio caer y cambió su destino transformándole en un pájaro bautizado con su nombre, la perdiz. Este pájaro no hace su nido en los árboles ni vuela alto, sino que anida en los setos y evita los lugares elevados, consciente de su caída. Por este crimen Dédalo fue juzgado y desterrado.

Dédalo dio su nombre epónimamente a cualquier artesano griego y a muchos artilugios griegos que representaban hábiles técnicas. En Platea (Beocia) había un festival, la Pequeña Daedala, en la que se derribaba un roble del que se tallaba una imagen que se vestía con ropas nupciales y que se llevaba en una carreta tirada por bueyes con una mujer que hacía de novia hasta el río Asopo. La figura se llamaba Daedale y el arcaico ritual se explicaba con un mito: Hera había abandonado enfadada a Zeus y éste, para lograr que volviese, anunció que iba a casarse y vistió un muñeco para imitar una novia. Hera se unió a la procesión de la boda, rasgó el velo de la falsa novia y, al descubrir el ardid, se reconcilió con su marido. Las imágenes se guardaban tras cada fiesta, y cada sesenta años un gran número de ellas se llevaban en procesión a lo alto del monte Citerón, donde se construía un altar de madera y se quemaban junto con animales y el propio altar.


Octavio Augusto

Fue el verdadero fundador del imperio romano. Julio César (tío de su madre) lo adoptó y lo designó su heredero. Al morir éste adoptó el nombre de Cayo Julio César Octaviano y se enfrentó a Marco Antonio (su gran rival), entre otros, logran
do forjar este gran imperio.

El fundador del gran imperio
Fue un gobernante eficaz, el verdadero fundador del imperio romano. Durante su mandato, el ámbito mediterráneo vivió una etapa de tranquilidad y prosperidad, denominada Pax romana (auténtica edad dorada de esta civilización).

Nació el 23 de septiembre del año 63 a. C. Pertenecía a una familia rica, su padre era pretor y su madre Atia, sobrina de César. Fue ella quien impulsó los comienzos de la carrera política de su hijo. Julio César lo adoptó en el 45 a. C. y lo designó su heredero, cuando Octavio apenas tenía dieciocho años. Como consecuencia de esto, éste adoptó el nombre de Cayo Julio César Octaviano. Después de la muerte de su padrino (44), obtuvo su nombramiento como senador y cónsul (43. a.C.) Además consiguió expulsar a Marco Antonio de Italia.

Desde el año 43 a. C., se hizo otorgar poderes extraordinarios. Como se encontraba enfrentado a los republicanos Bruto y Casio, fuertes en Oriente, Octavio decidió al

iarse con sus antiguos enemigos Marco Antonio y Lépido, y formar con ellos un triunvirato. Comenzó entonces la persecución de los republicanos (en la cual murió Cicerón), que culminó en la batalla de Filippi en Macedonia (42).

A partir de entonces, Lépido fue alejado del poder y relegado a áfrica, mientras Antonio asentó su autoridad en Oriente y Octaviano en Occidente. Allí tuvo que hacer frente a Sexto Pompeyo, mientras que su rivalidad con Antonio crecía cada día más. La pelea entre ambos condujo a la Guerra de Perugia (41), en la que el jefe militar de Octavio Augusto, Agripa, derrotó a los antonianos.

La presión del ejército obligó a ambos a firmar un nuevo pacto en Brindisi (40), con lo cual se hizo un nuevo reparto de zonas de influencia entre los gobernantes: Octavio dominaba en Occidente, Marco Antonio en Oriente -alcanzaba sólo hasta el río Drin (en Albania)- y Lépido en áfrica, siendo Italia consideraba neutralizada bajo el dominio conjunto de estos dirigentes. El matrimonio entre la hermana de Octavio y Antonio marcó la paz, que se mantuvo durante cuatro años.

En el año 36, Octavio se enfrentó a Sexto Pompeyo (quien en el año 39, recibió Sicilia, Cerdeña, Córcega y Acaya, con el compromiso de mantener a Roma abastecida de grano). Fue Augusto quien le ganó en la batalla de Nauloque (Sicilia). Así su gobierno se hizo popular en Occidente, debido a haber impulsado la agricultura e integrado las provincias con Roma.

Mientras tanto, Marco Antonio se encontraba influen

ciado por Cleopatra VII de Egipto, a quien Octavio declaró la guerra en el 32 (Guerra Ptolemaica). Tras la victoria naval de Actium (31), entró en Alejandría, donde Marco Antonio y Cleopatra se suicidaron (30). Con la anexión de Egipto, Octavio dio a Roma el control sobre todo el Mediterráneo.











Imperio Romano en época de Octavio Augusto.

miércoles, 9 de junio de 2010

Juegos

Juegos
Me han gustado ya que son unos juegos entretenidos y no son muy complicados, los juegos que más recomiendo son los siguientes:

Las 7 diferencias
















El juego de las parejas

Sopa de letras

martes, 9 de marzo de 2010

Enigma latino
1) La guerra de las Galias.
"Vili, vi, vici".
"Vine, vi, vencí".











Monumento de Francia (París).
Arco del triunfo.


Quinto Cecilio Metelo

2) isla de Gran Bretaña.












Cayo Mario
3) Cleopatra.





















4) Muerte de Julio Cesar

César concurrió al Senado el día 15 (los idus de marzo) a la sesión que discutiría la expedición contra los partos. Fue al Senado a pesar de los ruegos de Calpurnia en el sentido de que no lo hiciera, ya que durante la noche había tenido sueños premonitorios. Alguien retuvo a Marco Antonio en la antesala del Senado. Cuando César se hubo sentado, lo rodearon y lo atacaron con sus puñales y dagas. Según la tradición, ante la puñalada de Bruto, César exclamó kai su teknon, frase en griego que posteriormente se latinizó en la famosa ¡tu quoque, fili mi! (¡tú también, hijo mío!). César emitió un quejido a la primera puñalada, luego se mantuvo en silencio. Había recibido 23 puñaladas; posiblemente una sola de ellas había sido mortal. Mientras los aterrorizados senadores huían (hecho que no entraba en el plan de los conjurados), César, envuelto en su toga, caía al pie de la estatua de Pompeyo. La sanguinaria escena, augurada por los adivinos y que desataría una nueva guerra fratricida, acredita, siguiendo la descripción de Suetonio, la postrera elegancia del héroe: "Entonces, al darse cuenta de que era el blanco de innumerables puñales que contra él se blandían de todas partes, se cubrió la cabeza con la toga, y con la mano izquierda hizo descender sus pliegues hasta la extremidad de las piernas para caer con más dignidad." El hombre que había ganado un mundo y había contribuido a modificar irreversiblemente el destino de Occidente y de buena parte de Oriente era ya nada más que un despojo sangrante.


Muerte de Cleopatra


En el año 30 a.C., a la edad de 39 años, murió Cleopatra, la última reina de Egipto. Sobre su muerte hay muchas leyendas, pero el cuerpo de Cleopatra no se ha encontrado, por lo que los expertos no han podido estudiar su causa.Lo cierto es que Cleopatra fue una reina orgullosa que prefirió la muerte antes de someterse a Octavio y humillarse ante los romanos. Se suicidó junto a sus dos fieles sirvientas, pero ¿cómo murieron? ¿Se clavaron una aguja envenenada? ¿Pudo ser la mordedura de un áspid con su veneno la causa de su muerte?Consiguió entonces que un áspid, una víbora mortalmente venenosa y símbolo de la religión egipcia, fuera introducida en su habitación oculta en una cesta de higos. Arreglada con sus más finas ropas, sobre un sofá dorado, la colocó sobre su cuerpo. Cleopatra murió con el orgullo y la dignidad propias de la más grandiosa reina egipcia. Tenía 39 años.Octavio respetó sus deseos y su cuerpo fue sepultado cerca de su amado Marco Antonio. Su tumba nunca fue encontrada.





lunes, 22 de febrero de 2010

El mito de Faetón

El mundo de los mitos griegos es mágico y representa la forma que tenía el hombre antiguo de entender la realidad y liberarse de sus temores.
Helios, conduciendo a través del cielo su carro de oro, presentaba la salida del Sol, una joven diosa que regresaba a la Tierra, era la primavera y la forma en que descargaba su ira el dios de los cielos eran los rayos y los relámpagos.
El mito de Faetón y Helios nos cuenta la historia del carro del dios Sol.
Un día uno de los hijos del Sol, Faetón, visitó a su padre Helios, el Sol, que estaba en el palacio sentado en su trono rodeado por sus colaboradores: el día, el mes, el año, la centuria, las horas, la primavera, el verano, el otoño y el invierno.
El padre Sol, que brillaba en todo su esplendor, quiso saber el motivo de su visita.
Faetón dudaba de su paternidad porque sus amigos se reían de él y le decían que no era el hijo de Helios, pero el Sol no sólo le aseguró que era hijo suyo y de la ninfa Climena, su madre, sino que quiso probárselo concediéndole un deseo.
Faetón le dijo a su padre que su deseo era hacer lo mismo que hacía él todas las mañanas, conducir su carro de fuego a través de los cielos; pero el Sol le replicó que ese era el único deseo que no podía cumplir porque ese viaje era muy peligroso para él.
Faetón insistió diciéndole que si era realmente su hijo podía hacer lo mismo que hacía él.
Mientras tanto el paso de las horas hacía cada vez más urgente la decisión del Sol, ya que faltaba muy poco para que llegase la diosa Aurora para dar paso a su carro de fuego.
La luna ya había desaparecido en el horizonte y las estrellas se habían apagado cuando Helios y Faetón salieron en busca del fantástico carro que brillaba en todo su esplendor.
Antes que el dios Sol tomara la decisión, Faetón saltó sobre el carro y se acomodó en él para partir.
Viendo que era inútil tratar de convencerlo y mientras trataba de protegerle el rostro del calor con un ungüento mágico y le colocaba una corona con sus rayos, las diosas de las Horas le acomodaban los arneses de oro.
Helios no cesaba de hacerle recomendaciones antes de partir; debía mantenerse siempre en el medio, ni muy alto ni muy bajo y seguir el mismo rumbo cotidiano que él recorría en forma cotidiana.
Le aconsejó que mantuviera firme las riendas y que no abusara del látigo y que se cuidara de los peligros que pudieran acecharlo; pero antes de que pudiera continuar Faetón partió y los alados corceles lo llevaron hacia lo alto perdiéndose en los cielos e iniciando el camino del nuevo día.
Pero el carro se movía demasiado y los caballos se asustaron, corrieron más velozmente e impidieron a Faetón detenerlos; y antes que pudiera intentar nada, perdió el rumbo.
Al perder la ruta cotidiana, el Sol de la corona de Faetón comenzó a calentar las constelaciones y se fue alejando cada vez más de la Tierra.
Faetón entró en pánico y perdió el control abandonado las riendas de sus caballos, los que siguieron su desenfrenada carrera transitando por lugares donde nunca antes habían estado, chocando con cuerpos celestes y provocando un verdadero caos cósmico.
La Tierra, la Luna y el Cielo se cubrieron de llamas ardientes y todos los habitantes del planeta trataban de salvarse del incendio.
El dios Júpiter se estremeció cuando vio a la Madre Tierra agonizando y envió un rayo salvador que destrozó el carro de fuego y apagó el incendio.
Faetón cayó en un río desde los cielos en llamas y las ninfas del agua rescataron su cuerpo, sepultando a quien había osado igualar al Sol.
Helios apesadumbrado por la muerte de su hijo se negó a salir con su carro de oro dejando en penumbras a la Tierra hasta que Júpiter lo convenció de volver a calentar el mundo con sus rayos.
Sollozando tomó firmemente las riendas de su fabuloso carro de fuego y se lanzó hacia el cielo azul.

miércoles, 17 de febrero de 2010



HARPASTUM: “JUEGO DE LA PEQUEÑA PELOTA”.
Era jugado en equipos de entre 5 y 12 jugadores, en un terreno rectangular dividido en dos campos. Cada equipo debía mantener la bola en su campo, mientras el oponente trataba de quitársela y llevarla a su territorio, con una importante regla: sólo se podía obstruir a quien llevara la bola. ¿A qué te recuerda? Probablemente fueron los orígenes del rugby.
















Expulsim ludere


El Handball (expulsim ludere) era extremadamente popular entre los romanos. Usaban un muro, jugando lo que se conoce hoy en día como el handball de un muro. Las canchas de Handball existían en los baños y en las villas privadas, pero casi cualquier muro servía para este propósito. Indudablemente los chicos y los muchachos jugaban este juego en las calles.Aunque las reglas con las que los romanos jugaban no se registraron, no hay en verdad mucho margen de variación. Es muy probable que jugaran hasta un puntaje de 21. Se supone que las dimensiones de la cancha serían casi iguales a las de las canchas modernas. La pelota era más grande que la usada actualmente, y probablemente no rebotara, pero las dimensiones de la cancha no sufrían mucha reducción como resultado. Sin embargo ninguna marca indicando las dimensiones exactas ha perdurado con los años.Las canchas de pelota (sphaerista) servían para múltiples propósitos, y el handball definitivamente era uno de ellos. No es tan seguro que hayan usado los campos de juego (palaestra) para el handball. En el diagrama a la derecha, de los baños del Herculaneum, el área denominada palaestra servía para el propósito de una sphaerista; tenía una cancha dura y era muy pequeña para juegos como el harpastum. La palaestra generalmente tenía, o se definía con muros que la rodeaban, pero el campo en sí mismo era de tierra, y a menos que fuera muy compacto, habría sido una superficie pobre para el handball.El juego de racketball es casi inverosímil. Aunque se sugiere en la literatura que los romanos tenían una raqueta para alguna clase de juego de tenis, no se encontraron evidencias de esto. Sin embargo tenían una especie de guante duro para una versión de este juego. Las pelotas de cuero hechas a mano, más grandes y más pesadas, probablemente no soportarían el maltrato de un juego del estilo del racketball.Alexander Adam provee esta traducción de Lucano y Pison:"Aquellos que jugaban con una pelota ludere raptim, vel pilam revocare cadentem, cuando la hacían rebotar en el piso."Y también este pasaje de Platón:"Si una pequeña pila la manejaban con la mano, armados con una especie de manopla; entonces se llamaba follis pugillatorius."





Trigon


El juego de Trigon se jugaba con tres jugadores parados en las esquinas de un triángulo, y se jugaba con una pelota dura, también conocida como trigon. La impresión que dan las referencias es que la trigon no rebotaba, quizás fuera muy parecida a la de baseball o softball. La harpasta (pelota de mano que rebotaba) nunca se confundía con la trigon.Las reglas del Trigon nunca han sido reconstruidas satisfactoriamente. El objeto del trigon era aparentemente tirarla a otro jugador de modo que él pudiera, o quizás no, atraparla. Hacer fintas representa una parte de este juego y dos pelotas podían haber estado en el juego simultáneamente.Atrapar una pelota con la mano izquierda era signo de un jugador experimentado. Transferir la pelota de una mano a la otra parece haber sido parte de la acción, en este caso las fintas pudieron incorporarse a esta técnica junto con un cambio de juego en el sentido de las agujas del reloj o en el sentido contrario. Parece que ha sido considerado un juego hábil pegarle a una pelota en lugar de atraparla. Perder una atrapada era aparentemente un tanto para el oponente, según los epigramas de Marcial. Ser "golpeado" con una pelota (¿y no atraparla?) parece que fue parte del objeto. Ya que se usaron marcadores, existe la posibilidad de que se involucrara un puntaje muy complejo (esto es, las atrapadas con la mano izquierda pudieron valer 2 puntos, golpear una pelota pudo valer 3 puntos). Trigon es probablemente el "juego de la pelota de vidrio", en referencia a un jugador famoso, Ursus, que era tan bueno que jugaba con una pelota de vidrio, y nunca la dejaba caer.

lunes, 25 de enero de 2010

Animales de la Mitología Clásica.



Centauro

Eran feroces "gente-caballos", que vivían en forma acelerada en Tesália. Eran mitad gente, desde el torso para arriba, y mitad caballo, el resto del cuerpo.
Eran los descendientes de Ixión y la nube de lluvia Néfele metamorfoseada por Zeus a imagen y semejanza de la diosa Hera, a la cual él primero había pretendido sacrílegamente. De esta unión nació Kentauro quien tuvo unión con algunas yeguas magnesias, o de Apolo y Hebe cuyos hijos fueron los Centauros. Vivian agrupados en manadas. Ellos simbolizaban la oscura e indomable fuerzas de la naturaleza.
La mitología cuenta que Néfele tuvo a punto de ser la responsable de la muerte de su querido hijo Frixo. Lo que sí está bien establecido, es que estos centauros, invitados a la celebración de la boda de Pirítoo, el lapita, y de la gentil Deidamia, no supieron soportar los efectos del abundante y fuerte vino que allí se servía y al que no estaban en absoluto acostumbrados. Terminaron tan embriagados, que no supieron contenerse y se lanzaron, siguiendo el ejemplo de Eurito sobre cualquier doncella o muchacho en sazón, y a todos violaron sin más contemplaciones. Eurito, como jefe de aquel salvaje grupo, tomó a la novia para sí, violándola para su placer, y dando con ello la señal a sus compañeros centauros, que ebrios sólo esperaban una excusa cualquiera para dispararse en sus excesos. Casi sin poder salir de su espanto, el resto de los invitados se abalanzó sobre los energúmenos, y un grupo fue directamente a atajar la acción del cabecilla Eurito, atacándole con dureza y mutilándole el rostro. En ese momento se desataron los rencores que yacían soterrados entre las dos comunidades, entablándose el primero de los feroces combates entre lapitas y centauros, combate entre los arrabiscados invitados a la boda interrumpida, que terminó en una carnicería y con su apresurada huída.
Se dice que no todos los centauros eran agresivos, ya que algunos de ellos mostraron un carácter sabio y bondadoso como lo eran: Folo, que acogió a Hércules, Quirón, el único Centauro inmortal, etc.





Cerbero

Era un perro hijo de Equidna (la víbora hija de Tártaros y Gea) y de Tifón el hermano de ésta, y hermano del perro Orto, la hidra de Lerne y la Quimera.
Era el perro del Hades y guardaba el reino de los muertos impidiendo que salieran éstos y que entraran los vivos.
Tenía tres cabezas y una cola formada por una serpiente. En el lomo tenía infinidad de cabezas de serpientes.
Heracles, en su 12º trabajo le sacó de los infiernos y luego lo devolvió a su lugar. Orfeo le durmió con su lira cuando fue a rescatar a su esposa Euridice. Cerbero acaricia con su cabeza a los que entran en los infiernos pero luego no les deja salir. Siempre al acecho, devora a quien pretende franquear sus puertas (Hesiodo: Teogonía).
Personificaba las tinieblas de la noche.



Pitón


Terrible serpiente que vivía junto a Delfos, al pie de una fuente, aterrorizando a hombres y ganados. Fue muerta por Apolo porque perseguía a su madre por orden de Hera.Según otra versión, Apolo la mató porque, como hija de la tierra, Pitón daba oráculos y Apolo quería poner el suyo en Delfos.Personificaba el torrente que al comenzar la primavera desciende del Parnaso y se precipita en una cascada entre las rocas Nauplia e Hiampleia, saltando después por las terrazas del anfiteatro de Delfos antes de discurrir por el valle de Peistos donde, crecido por las lluvias, arrastra cuanto encuentra. El sol del verano (Apolo) es el único que puede reducir al monstruo.